* Este pescado criado en las Islas Canarias sustituye a la lubina salvaje en las cartas de los principales restaurantes españoles.
La lubina salvaje es uno de los productos más apreciados en las cartas de los restaurantes, pero también uno de los más complejos de pescar, no sólo por la complejidad de su pesca, sino también por las estrictas normativas que existen al respecto. Ante esta situación, un producto gourmet, poco a poco, se ha ido consolidando en las últimas décadas como una propuesta alternativa de gran calidad, se trata de la Gran Lubina Atlántica Aquanaria, que se cría en las aguas bravas de las Islas Canarias y que ayer se presentó al sector gastronómico valencianos de la mano de los cocineros Alejandra Herrador y Emanuel Carlucci del restaurante Atalaya* de Castellón.
Los asistentes además pudimos disfrutar de sashimi y ceviche de lubina preparado por el sushiman de Aquanaria, con el objetivo de demostrar que se esta Gran Lubina es la única que posee la certificación de que está libre de anisaki. La degustación se completó con los platos elaborados por Fran Espí, del Grupo La Sucursal, que preparó ceviche, lubina con hinojo y lubina asada con pil-pil de las cabezas.
Esta Gran Lubina, que ya forma parte de la propuesta gastronómica de España entre los que se encuentran tanto restaurantes como Cocina Hermanos Torres**, Yugo The Bunker de Julián Mármol*, MuNa* restaurante, Lu Cocina y Alma*, entre otros, ha cautivado las cocinas, pero también la mesas, convirtiéndose en uno de los pescados más demandados por los comensales. De hecho, tanto es así, que son colaboradores habituales del Basque Culinary Center, Madrid Fusión y Luxury Spain.
El océano Atlántico es un hábitat único caracterizado por aguas limpias, cristalinas y oxigenadas. Todo ello es por esta zona soporta fuertes vientos dominantes del nordeste y corrientes turbulentas, lo que provoca que estas aguas estén permanentemente batidas y renovadas, generado de este modo el escenario perfecto para la crianza de la Gran Lubina Atlántica Aquanaria.
Características
Además de su gran talla, destaca por su textura firme y tersa, lo que convierte en pescado de gran jugosidad. Esto se debe sobre todo porque al estar continuamente nadando en las aguas bravas del Atlántico, gran parte de la grasa se infiltra en el músculo de manera similar a lo que ocurre con la grasa del cerdo ibérico, criado en la dehesa. A esto se suma su sabor yodado, suave, delicado y limpio.
Por otro lado, además de las características en cuanto a su valor nutricional, el sacrificio del pescado con el contenido intestinal vacío reduce su degradación y alarga la vida útil de pescado en un excelente estado. De hecho, puede duran en condiciones óptimas hasta 15 días si se mantienen la cadena del frío (entre 0º y 4º) y hay total ausencia de agua.
Una gran ventaja de la lubina Aquanaria es su regularidad que permite estandarizar las recetas en tiempo y temperatura de cocción, ya que el resultado será siempre el mismo. Además, su contenido en grasa y jugosidad permite trabajar en rangos de cocción amplios sin peligro de pasarse.
Respecto a las partes de la Gran Lubina, la cola es menos grasa y más tendinosa y es ideal para tartares, guisos o frituras; la ventresca es la parte más grasa, y se puede asar, emplear en arroces, en sushi o en tartares; los lomos es la parte más valorada y se pueden preparar en sashimis, ceviches, sushis, asados a la plancha, al vapor, horno y la cabeza, las espinas y las aletas son muy ricas en colágeno, y dan lugar a muy buen fumet y pil pil.
En las preparaciones clásicas como al horno, a la plancha o al vapor, la cocción óptima se consigue cuando el centro de la pieza alcanza 50º C. Para hacer la famosa lubina a la sal, es recomendable el horno con calor mixto a 160 ºC y fin de la cocción cuando el centro de la pieza alcanza 55 ºC.
Debido a su contenido en grasa es un pescado que queda delicioso y muy jugoso asado. También es un pescado ideal para platos en crudo porque no necesita ser congelada. Su textura firme permite corte fino ideal para elaborar sashimi o carpaccio. Combina muy bien con un buen jamón, por ejemplo, en platos mar y montaña, con mariscos (almejas, carabineros, ostras) y con ingredientes vegetales de todo tipo. Su nivel graso es ideal para combinar con cítricos (lima, limón, mandarina…) en platos estilo ceviches. También con sabores fuertes como plancton, hongos, algas, tinta de calamar… se obtienen platos muy interesantes.
Aquanaria, es una empresa decana dedicada a la acuicultura marina española desde hace casi 50 años, lo que le ha aportado una bagaje y experiencia que la ha encaminó hacia la especialización en un producto único, cuya calidad y características, han convertido a esta firma en un referente a nivel nacional. Se trata de la Gran Lubina Atlántica también conocida como Lubina XXL que se cría en las complejas aguas del Atlántico, lo que le aporta unas características enfocadas a los paladares más exigentes.
Tras haberse dedicado a la cría de varias especies de peces y moluscos, es en 2016, cuando Aquanaria realiza este salto de fe para apostar por la cría en exclusiva de lubina de la especie Dicentrarchus labrax, la misma que la lubina salvaje. A partir de ese momento, cubrieron el hueco que estaba dejando en la hostelería la lubina salvaje a causa de la complejidad de su pesca, con un producto gourmet y estable tanto por el tamaño como por el coste.
Los viveros de crianza que poseen son similares a los icebergs, lo que se ve en la superficie del mar es una superficie minúscula, porque lo que de verdad es importante, sucede en el fondo. De enormes tubos de flotación concéntricos cuelgan redes de 25 metros de profundidad conformando entornos marinos controlados de hasta 12.000 metros cúbicos cada uno.
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