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23 de febrero de 2024

El “sabor” del Volcán. Suelos únicos en mundo puestos en valor y contados por el proyecto HEVA – Heroes of Europe: Volcanic Agriculture

* Entornos complejos, de cuya tierra generosa y fértil nacen productos de gran mineralidad, sabor y sorprendente longevidad  

La complejidad y la longevidad son sin duda las características que distinguen las DOP valorizadas por el programa Heva – Volcanic Agriculture of Europe: Soave, Lessini Durello, Santorini y Monte Veronese, tuteladas por los Consorcios italianos de protección de los vinos Soave, del Lessini Durello, por el Consorcio griego Union of Santorini CooperativesSanto Wines y por el Consorcio véneto para la protección del queso Monte Veronese.


 
Intensidad es indudablemente la palabra que mejor corresponde a los vinos y los productos que nacen en suelos volcánicos: persistentes, pero nunca agresivos, cuyo potencial de envejecimiento es capaz de realzar la fragancia y la estructura. Estas características son el resultado de la acción de la lava sobre el suelo a lo largo de los siglos, que ha sido capaz de contrarrestar la acidez mineral del terreno, generando tierras que se prestan para la producción de materias primas de indudable calidad.
Productos que, aunque pertenezcan a diferentes categorías de productos (vinos y productos lácteos), basan su quid en el tipo de terreno en el que se cultivan.



 
El proyecto internacional Heva – “Heroes of Europe: Volcanic Agriculture”, financiado por la Unión Europea en el marco de la medida 1144, tiene como objetivo principal precisamente la valorización y promoción de las características inigualables de una viticultura y una producción de lácteos que basan su diferencia en el origen volcánico de los suelos.


 
Aunque en el imaginario colectivo la idea del volcán suele traer a la mente catástrofes naturales y, por tanto, tiene una connotación tendencialmente negativa, la enología ofrece un nuevo punto de vista en la valoración de este entorno. Siempre ha representado uno de los campos de aplicación más valiosos de la dialéctica entre el hombre y la naturaleza y se caracteriza por la fertilidad del terreno y la generosidad de los elementos presentes en el suelo.


 
Composición y singularidad del suelo volcánico: de Soave a Lessinia

Los suelos formados como resultado de las erupciones y coladas son muy heterogéneos. La lava trae a la superficie rocas profundas que se disuelven en los basaltos; pero sobre éstos se depositan muchos componentes de origen explosivo como cenizas, lapilli y bombas (gotas de roca ardiendo expulsadas del cono del volcán). Los materiales piroclásticos estratificados pueden consolidarse con el tiempo y dar lugar a las denominadas tobas, que en etapas posteriores de degradación dan lugar a suelos arenosos, gruesos y ricos en elementos minerales y esqueléticos. En cambio, los volcanes que están formados por coladas de lava enfriada, tienen pendientes más pronunciadas y dan lugar a suelos de color oscuro, a menudo superficiales, que se transforman lentamente en suelos agrícola, ricos en arcilla.


 
Los diferentes terruños, distantes incluso miles de kilómetros, han desarrollado la misma propensión a la calidad, basada en características pedoclimáticas, historia geológica, exposiciones y altimetría similares. Estas peculiaridades se encuentran en las DOP nacidas en estas zonas y se expresan en su tendencia a la persistencia del sabor, a la marcada mineralidad, a la longevidad y a la complejidad de sabores y aromas.

El objetivo de HEVA – Heroes of Europe Volcanic Agriculture - subraya el presidente del Consorcio del Soave Sandro Gini - es, por tanto, promover una cultura de la agricultura volcánica y dar a conocer a los consumidores las peculiaridades y la singularidad de todos los productos generados por estos terroirs, resultado de la sinergia nacida entre el suelo, la acción del hombre y el tiempo.  


 
La incuestionable calidad de los vinos y los productos lácteos de origen volcánico es, de hecho, también el resultado de la intervención providencial del hombre, de la que encontramos ejemplos virtuosos tanto en Italia, en los territorios de los Montes Lessini, como en la isla griega de Santorini.


 
En la zona veronesa, el factor humano ha desempeñado un papel importante desde tiempos muy antiguos – subraya Alfonso Alabi, Presidente del Consorcio de Protección del Queso Monte Veronese DOP – donde el cultivo de estos suelos de forma no intensiva pero hábil ha permitido una redistribución de los componentes minerales más útiles para las plantas, garantizándoles un entorno nutricional ideal.
Gracias a sus especiales características, el territorio veronés es también especialmente apto para el pastoreo, lo que ha permitido el desarrollo de una importante tradición quesera vinculada a la producción de quesos de leche de vaca que en 1996 obtuvo la DOP con la denominación “Monte Veronese”.


 
Santorini: la explosión de thera y 1.200 hectáreas de viña volcánica

Los suelos volcánicos pueden tener origen muy antiguo como en el caso de Soave y Lessini, donde los volcanes se extinguieron hace entre 25 y 50 millones de años. O pueden ser más recientes, como en Santorini, una isla griega de las Cícladas, en el mar Egeo, cuya emersión se remonta a unos 2 millones de años, pero cuyo terreno actual descansa sobre una corteza de lava debida a la gigantesca explosión de Thera, una erupción volcánica que entre 1627 a.C. y 1600 a.C. produjo una capa de rocas de lava, ceniza y piedra pómez de al menos 30 metros de espesor, que cubre toda la isla.

 

Es un suelo compuesto por arena de grano grueso, piedra pómez, ceniza volcánica y rocas de lava solidificada. La falta de arcilla en el suelo rico en arena de la isla, ha hecho que las vides sean inmunes a la filoxera y, por esta misma razón el viñedo de Santorini puede clasificarse como uno de los más antiguos del mundo. Son 1.200 las hectáreas de viña volcánica en un suelo que también tiene otra característica única, a saber, un suelo pobre en materia orgánica pero rico en minerales, con la excepción del potasio, que también influye en la composición química y afecta al bajo pH de los vinos DOP de Santorini, para cuya conservación, promoción y protección se creó en 1947 la Unión de Cooperativas de Santorini – Santo Wines

17 de febrero de 2024

Uvas ancestrales que escriben el futuro de Valencia

Arco, Mandó, Bonicaire, Monastrell, Forcallat, Verdil, Malvasía y Macabeo son las uvas que han copado todo el protagonismo en la jornada eno-cultural organizada por la Denominación de Origen vinos de Valencia para dar a conocer a los principales agentes de comunicación de la Comunidad Valenciana los vinos mejor puntuados por Robert Parker


Casa Los Frailes, en Fontanars dels Alforins acogía la presentación de los Vinos con Denominación de Origen Valencia mejor puntuados por la prestigiosa publicación The Wine Advocate.


Los 59 vinos premiados con más de 90 y puntos y los 11 proyectos vitivinícolas que se esconden tras estas puntuaciones bien merecían un espacio en el que poder expresarse y darse a conocer. El foro era idóneo, pues solo se aprecia lo que se conoce y solo se conoce lo que se cuenta, por lo que la labor de los medios de comunicación es fundamental. Tal y como señalaba Miguel Velázquez, de Casa los Frailesnada tiene valor sin su historia”. Motivo por el que agradecía a Pablo Calatayud (Celler del Roure) haber abierto las puertas del territorio a tan aclamada publicación.


Los vinos presentados son fruto de un trabajo de autoconocimiento y reconocimiento. Un trabajo que iniciaba Daniel Belda con su apuesta por el embotellado de vinos de calidad en la zona dels Alforins. Se trataba de poner en valor variedades de uva que habían sido denostadas en pro de otras mucho más reconocidas o productivas, dando lugar a un perfil de vino mediterráneo mucho más fresco que nos traslada a su origen y que define la identidad y estilo de la Denominación de Origen Valencia. De hecho, son los vinos elaborados con variedades locales como las tintas Forcallat, Mandó, Bonicaire y Arcos o las blancas Verdil, Macabeo o Malvasía, los que han recibido las mejores puntuaciones de esta publicación.


Las puntuaciones Parker nos dan “un motivo más  para creer en nuestros vinos” tal y como resaltaba el Presidente de la DO Valencia, Salvador Manjón. Y “continuar trabajando en definir, valorizar y comunicar el que es el principal valor de una Denominación de Origen, su identidad territorial y su tipicidad”.


Las ocho bodegas premiadas no sólo han expuesto un proyecto vitivinícola, sino una forma de entender el vino que asienta sus bases  en la defensa de un territorio, un paisaje y una tierra, algo que se materializa entre otras cosas en la recuperación de variedades locales que dan lugar a vinos singulares, auténticos y que con su degustación, nos trasladan al territorio en el que han sido elaborados, contándonos su historia.


Desde los proyectos más jóvenes, como el de Can Leandro, Rafael Cambra, o Fil.loxera & Cia, hasta los proyectos de mayor recorrido como Casa Los Frailes, Celler del Roure, Los Pinos o Bodega El Angosto, pasando por el proyecto cooperativo de La Viña (Anecoop-Bodegas), todos centran sus esfuerzos en mirar respetuosamente al pasado para dar autenticidad y valor a sus vinos. Y para que esto ocurra, tal y como señalaba Jorge Caus, de Cooperativa La Viña “es fundamental retribuir al viticultor su esfuerzo y trabajo, que el valor llegue al socio”.


Parece que el vino valenciano se ha puesto de moda pero su triunfo no es casual, ni se debe a que siga ninguna tendencia. Tal y como señalaba Rafa Cambrano estamos haciendo vinos nuevos, sino más reales, estamos volviendo a lo que éramos” al origen, poniendo en valor lo que nunca lo debería haber perdido, algo que también resaltaba Gabriel Sanchís de Can Leandro, quien junto a su hermano Alberto lucha por volver a ver el paisaje Ontinyentí repleto de unos viñedos que curiosamente  ellos mismos ayudaron a arrancar.


18 de noviembre de 2023

Nace Casa Las Monjas, el nuevo monastrell de Clos de Lôm

* La bodega valenciana ha presentado su nuevo vino de parcela, un tinto elaborado con la variedad monastrell, envejecido 24 meses en barrica nueva de roble francés, con un mínimo de 10 meses en botella.

* Casa Las Monjas ha obtenido 95 puntos en los Decanter World Wine Awards (DWWA), la Guía Sevi y la Guía Intervinos.

 
La bodega valenciana Clos de Lôm presentó ayer en sociedad su último vino, Casa Las Monjas, un tinto de monastrell envejecido durante 24 meses en barrica nueva de roble francés y 10 meses tras el embotellado para finalizar el envejecimiento.
 


 Esta nueva incorporación, de la que sólo se producen 2.440 unidades, se suma a los monovarietales Clos de Lôm Monastrell, Malvasía, Garnacha y Tempranillo de la bodega, y a Isidra, un coupage de garnacha y tempranillo.

 


Casa Las Monjas, que presenta un color rojo cereza intenso con bordes granates, es para el olfato un recuerdo a fruta negra madura, ahumados, especias dulces y aroma a hierbas. En boca es realmente delicioso, con un estilo de textura agradable, encantadores toques redondos de chocolate y una acidez brillante. Con estructura en boca marcando el tanino maduro de sensación dulce, todo parece integrado y enfocado. Es un vino perfecto para consumir ya, pero que tendrá muy buena evolución durante varios años.

 

Presentar Casa Las Monjas es muy emocionante porque su elaboración ha sido un trabajo de 3 años, y ver el éxito que está teniendo entre nuestros clientes y la crítica vinícola, nos llena de orgullo y nos anima a progresar”, explica Lucía Serratosa, gerente de Clos de Lôm.


 
Una variedad plantada en 1978 y sostenible en 2023

 

Ubicada en las faldas del valle de la hombría, esta variedad, que ocupa 3,9 ha., se plantó 100% con monastrell en el año 1978. A una altitud de 570 metros, esta ubicación se caracteriza por tener un suelo arcilloso-calcáreo aéreo y una orientación norte que ayuda a mantener la frescura. Una viticultura sostenible con el medio ambiente, de mínima intervención y abonado orgánico de oveja.

 

Cada vez sabemos más y conocemos mejor nuestras parcelas, y estamos aprendiendo a adaptar la viticultura a las condiciones climáticas actuales. El camino para conseguir este vino ha sido largo y tedioso, pero ha merecido mucho la pena porque hemos conseguido que Casa Las Monjas tenga cuerpo, esté integrado y tenga enfoque. Está hecho para el disfrute”, explica Pablo Ossorio, enólogo de la bodega.
 

 
Cosecha de premios

 

El nuevo vino de esta bodega, que pertenece a la DO Valencia, se ha estrenado por todo lo grande en los últimos Decanter World Wine Awards (DWWA) obteniendo 95 puntos y, objetivamente, es el mejor vino valenciano (único oro en el concurso) para Sarah Jane Evans, presidenta de DWWA y su equipo. 

 

Recientemente, también ha obtenido el reconocimiento de la Guía Intervinos, una de las más importantes del panorama nacional. En esta, Casa Las Monjas obtuvo también 95 puntos de la crítica.
 

 

Sobre Clos de Lôm

 

Clos de Lôm es una bodega familiar ubicada en Fontanars dels Alforins (Valencia), fundada en 2018, aunque su relación con los viñedos se remonta a 1836. En su finca, la firma cultiva variedades autóctonas como la malvasía, monastrell y garnacha en una extensión de casi 300 hectáreas, y embotella cada año 80.000 litros.

 

7 de abril de 2019

Clos de Lôm, el renacer de una bodega con dos siglos de pasión por el terruño

La DO Valencia acoge una nueva bodega en el corazón de Terres dels Alforins. Con sus cuatro primeros vinos de la añada 2018 reivindican unos monovarietales de alta gama, fruto de unos viñedos privilegiados que han permanecido cuatro generaciones en la misma familia.

La sede de la Denominación de Origen Valencia acogió la presentación de una nueva bodega, Clos de Lôm, que se suma a la zona del Valle dels Alforins de la provincia valenciana.



Clos de Lôm está promovida por la familia Serratosa Caturla, que desde 1836 es la propietaria de una finca en la zona de Fontanars dels Alforins con casi 300 has de viñedo.
Desde hace más de 15  años habían una fructífera relación con el prestigioso enólogo Pablo Ossorio, que es el encargado de dirigir la elaboración de los vinos. Tras un proceso de selección de variedades y parcelas, hasta 55 de diferentes suelos, pendientes y orientación, la bodega ha dado el paso de sacar al mercado los primeros embotellados.



Cuatro grandes vinos de añada

Como explicó el propio Pablo Ossorio en la presentación, los propietarios y él coincidían en arriesgarse en tomar caminos poco trillados, sendas nuevas por las que nadie se ha atrevido antes o lo han hecho con timidez.



De ahí surge un blanco como Clos de Lôm Malvasía 2018. Esta variedad mediterránea suele ir en compañía de otras, generalmente aportando acidez y aromas a vinos a los que les sobra dulzor.
Sin embargo, en las altitudes de la finca de Clos de Lôm produce un vino totalmente diferente, fino, con acidez y dulzor equilibrado sin perder la potente nariz tras una cuidada maceración con lías en suspensión, que hizo a los bodegueros atreverse a darle todo el protagonismo.
Esta malvasía es como las actrices que siempre hacen un papel de reparto y que, de repente, cuando le dan uno de protagonista, ganan el Óscar a la mejor actriz”, dice Pablo Ossorio para definir el blanco de la bodega.



Algo parecido le ocurre al vino rosado. El Clos de Lôm Monastrell Rosado 2018 es un monovarietal de monastrell de cepas viejas, otra apuesta por la tipicidad ya que tradicionalmente no se dedican los monastreles viejos para la elaboración de rosados.
En la bodega decidieron romper con la tradición y crear este rosado con el mosto flor, sin utilizar la prensa, para conseguir un vino de aspecto moderno, color rosa palo, pero con el alma y el cuerpo de una monastrell vieja, de vendimia siempre tardía y de baja producción, lo que aporta un espectro aromático muy poco común en un joven.



Los otros dos vinos presentados son los tintos de añada Clos de Lôm Tempranillo 2018 y Clos de Lôm Garnacha 2018, ambos monovarietales.
El tempranillo es fruto de las plantaciones más veteranas de la zona, ya que fueron ellos de los primeros en probar con las posibilidades de esta planta que hizo célebres los vinos de Rioja, Ribera o Toro. Aquí la altitud es similar a la castellana, pero la influencia del mar es mayor, reduciendo la incidencia de la gran amplitud térmica y favoreciendo así una concentración también mayor. Para Pablo Ossorio es el mejor tempranillo mediterráneo que ha elaborado.



El Clos de Lôm Garnacha 2018 es otra apuesta por las variedades mediterráneas. Es un tinto joven que destaca por sus aromas de pimienta recién molida, frutos del bosque, que entra suave y de una redondez poco habitual en un joven.



Los cuatro vinos son la carta de presentación de Clos de Lôm. Pero sus propietarios ya nos advierten que lo mejor está por venir… aunque sin prisas.

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