* Entornos complejos, de cuya tierra generosa y fértil nacen productos de gran mineralidad, sabor y sorprendente longevidad
La complejidad y la longevidad son sin duda las características que distinguen las DOP valorizadas por el programa Heva – Volcanic Agriculture of Europe: Soave, Lessini Durello, Santorini y Monte Veronese, tuteladas por los Consorcios italianos de protección de los vinos Soave, del Lessini Durello, por el Consorcio griego Union of Santorini Cooperatives – Santo Wines y por el Consorcio véneto para la protección del queso Monte Veronese.
Intensidad es indudablemente la palabra que mejor corresponde a los vinos y los productos que nacen en suelos volcánicos: persistentes, pero nunca agresivos, cuyo potencial de envejecimiento es capaz de realzar la fragancia y la estructura. Estas características son el resultado de la acción de la lava sobre el suelo a lo largo de los siglos, que ha sido capaz de contrarrestar la acidez mineral del terreno, generando tierras que se prestan para la producción de materias primas de indudable calidad.
Productos que, aunque pertenezcan a diferentes categorías de productos (vinos y productos lácteos), basan su quid en el tipo de terreno en el que se cultivan.
El proyecto internacional Heva – “Heroes of Europe: Volcanic Agriculture”, financiado por la Unión Europea en el marco de la medida 1144, tiene como objetivo principal precisamente la valorización y promoción de las características inigualables de una viticultura y una producción de lácteos que basan su diferencia en el origen volcánico de los suelos.
Aunque en el imaginario colectivo la idea del volcán suele traer a la mente catástrofes naturales y, por tanto, tiene una connotación tendencialmente negativa, la enología ofrece un nuevo punto de vista en la valoración de este entorno. Siempre ha representado uno de los campos de aplicación más valiosos de la dialéctica entre el hombre y la naturaleza y se caracteriza por la fertilidad del terreno y la generosidad de los elementos presentes en el suelo.
Aunque en el imaginario colectivo la idea del volcán suele traer a la mente catástrofes naturales y, por tanto, tiene una connotación tendencialmente negativa, la enología ofrece un nuevo punto de vista en la valoración de este entorno. Siempre ha representado uno de los campos de aplicación más valiosos de la dialéctica entre el hombre y la naturaleza y se caracteriza por la fertilidad del terreno y la generosidad de los elementos presentes en el suelo.
Composición y singularidad del suelo volcánico: de Soave a Lessinia
Los suelos formados como resultado de las erupciones y coladas son muy heterogéneos. La lava trae a la superficie rocas profundas que se disuelven en los basaltos; pero sobre éstos se depositan muchos componentes de origen explosivo como cenizas, lapilli y bombas (gotas de roca ardiendo expulsadas del cono del volcán). Los materiales piroclásticos estratificados pueden consolidarse con el tiempo y dar lugar a las denominadas tobas, que en etapas posteriores de degradación dan lugar a suelos arenosos, gruesos y ricos en elementos minerales y esqueléticos. En cambio, los volcanes que están formados por coladas de lava enfriada, tienen pendientes más pronunciadas y dan lugar a suelos de color oscuro, a menudo superficiales, que se transforman lentamente en suelos agrícola, ricos en arcilla.
Los diferentes terruños, distantes incluso miles de kilómetros, han desarrollado la misma propensión a la calidad, basada en características pedoclimáticas, historia geológica, exposiciones y altimetría similares. Estas peculiaridades se encuentran en las DOP nacidas en estas zonas y se expresan en su tendencia a la persistencia del sabor, a la marcada mineralidad, a la longevidad y a la complejidad de sabores y aromas.
El objetivo de HEVA – Heroes of Europe Volcanic Agriculture - subraya el presidente del Consorcio del Soave Sandro Gini - es, por tanto, promover una cultura de la agricultura volcánica y dar a conocer a los consumidores las peculiaridades y la singularidad de todos los productos generados por estos terroirs, resultado de la sinergia nacida entre el suelo, la acción del hombre y el tiempo.
La incuestionable calidad de los vinos y los productos lácteos de origen volcánico es, de hecho, también el resultado de la intervención providencial del hombre, de la que encontramos ejemplos virtuosos tanto en Italia, en los territorios de los Montes Lessini, como en la isla griega de Santorini.
En la zona veronesa, el factor humano ha desempeñado un papel importante desde tiempos muy antiguos – subraya Alfonso Alabi, Presidente del Consorcio de Protección del Queso Monte Veronese DOP – donde el cultivo de estos suelos de forma no intensiva pero hábil ha permitido una redistribución de los componentes minerales más útiles para las plantas, garantizándoles un entorno nutricional ideal.
Gracias a sus especiales características, el territorio veronés es también especialmente apto para el pastoreo, lo que ha permitido el desarrollo de una importante tradición quesera vinculada a la producción de quesos de leche de vaca que en 1996 obtuvo la DOP con la denominación “Monte Veronese”.
Santorini: la explosión de thera y 1.200 hectáreas de viña volcánica
Los suelos volcánicos pueden tener origen muy antiguo como en el caso de Soave y Lessini, donde los volcanes se extinguieron hace entre 25 y 50 millones de años. O pueden ser más recientes, como en Santorini, una isla griega de las Cícladas, en el mar Egeo, cuya emersión se remonta a unos 2 millones de años, pero cuyo terreno actual descansa sobre una corteza de lava debida a la gigantesca explosión de Thera, una erupción volcánica que entre 1627 a.C. y 1600 a.C. produjo una capa de rocas de lava, ceniza y piedra pómez de al menos 30 metros de espesor, que cubre toda la isla.
Es un suelo compuesto por arena de grano grueso, piedra pómez, ceniza volcánica y rocas de lava solidificada. La falta de arcilla en el suelo rico en arena de la isla, ha hecho que las vides sean inmunes a la filoxera y, por esta misma razón el viñedo de Santorini puede clasificarse como uno de los más antiguos del mundo. Son 1.200 las hectáreas de viña volcánica en un suelo que también tiene otra característica única, a saber, un suelo pobre en materia orgánica pero rico en minerales, con la excepción del potasio, que también influye en la composición química y afecta al bajo pH de los vinos DOP de Santorini, para cuya conservación, promoción y protección se creó en 1947 la Unión de Cooperativas de Santorini – Santo Wines
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