El bartender Thomas Monesi ha resultado ganador del Primer Concurso de Coctelería Mexicana impulsado por el restaurante Ameyal con la colaboración de Tequila Patrón.
El cóctel vencedor, que lleva por título “Messico e nuvole” hace referencia a la mezcla de las culturas mexicana e italiana, rindiendo de este modo un homenaje a los orígenes de Monesi.
La propuesta, que entrará a formar parte de la carta de cócteles del restaurante, esta compuesta por Patrón Silver, Martini Fiero, zumo de lima y naranja, mango picante y Tajín de México. Todo ello preparado con Shake and stir, o lo que es lo mismo agitar y remover, y servido en un vaso Old fashion decorado con un borde de naranja y Tajín y una rodaja de naranja deshidratada.
Con esta acción Ameyal pretendía poner en valor el maridaje existente entre la alta cocina mexicana y el mundo de la coctelería donde uno de los protagonistas es el tequila. Un destilado que tiene una gran versatilidad como demostraron los 8 participantes de este evento que contó con una gran expectación tanto de profesionales del sector, que no dudaron en asistir para animar a sus favoritos, como de numerosos representantes de los medios de comunicación.
La bartender valenciana y ganadora del Campeonato de España de Cocteleria, Vanessa Pérez, que actuó como portavoz del jurado destacó el gran nivel de los participantes que procedían de diferentes establecimientos de toda la Comunidad Valenciana, dado que este concurso estaba totalmente enfocado a profesiones.
El ganador recibió, de manos de la gerente de Ameyal, Elena Gutiérrez, un cuadro acreditativo, invitación de dos Menú Degustación en el Restaurante Ameyal y una cesta de productos de los patrocinadores del concurso.
10 de abril de 2019
9 de abril de 2019
Amparo Cosido gana el primer torneo de titaina valenciana de "Mi Cub"
Amparo Cosido se ha alzado con el Primer Premio del “I Torneo de Titaina Valenciana” organizado por MiCub en el Mercado de Colón y en el que han participado cuatro mujeres de El Cabañal, seleccionadas por Inboga Comunicación.
La receta de la ganadora, compuesta por tomate, pimiento verde, ajitos y atún, denominado en la zona para la titaina como “Besugo”, formará parte de la carta de Mi Cub esta temporada. Otras recetas cambiaban el atún por la tonyina de sorra.
Mi Cub introduce bajo el lema “Las 4 Estaciones de la Terreta” una receta típica y tradicional valenciana cada temporada, que se realice con productos de la zona, como lo han hecho nuestras madres toda la vida, pero recetas fáciles, hechas con ingredientes comunes que dan lugar a platos únicos donde está muy presente la identidad.
La temporada pasada triunfó “La Cena del Pobre” hecha en el sur de la Comunidad Valenciana justo antes del sorteo de Navidad para celebrar que será el último día que se reunirán las familias con sardinas y pan.
Poner en valor lo nuestro y recuperar tradiciones, es al final, el objetivo, y la titaina tenía que formar parte de la carta de Mi Cub sí o sí esta temporada porque tal y como han explicado a lo largo del torneo las participantes, lo cocinan todo el año, pero especialmente y sobre todo, en Semana Santa.
Anabel Navas, Paco Valls, Christian Jardel, Majo Sellens, Carlos Valero, Berta Baidez, Cova Morales, Mari Carmen González, Enrique Ballester, Oscar Carrión, Salvador Soria, Coqué Ruz, Marta Handrich y José Cuñat han sido los miembros del jurado que han probado las cuatro titainas. Cada uno ha emitido su voto de cuál ha sido su favorita.
Amparo Cosido la aprendió, sin embargo con la abuela de su marido, una señora estupenda del Cabañal con la aprendió muchísimo, no sólo la titaina, porque además falleció con 102 años
Carmen Lacomba cocina la titaina como su madre y todo el año porque toda su familia se lo pide y sobre todo, la hace para que sus hijas, sobrinos y cuñadas la lleven si tienen algún compromiso. Además, la cocina especialmente en Semana Santa que viene su consuegra de Barcelona y le encanta
Vicen Carrión aprendió la receta de sus abuelos, su abuelo, portuario, era un enamorado de la titaina. Ella normalmente la hace con besugo, pero en esta ocasión la ha hecho con tollina, para poder competir en el torneo y le ha añadido los tradicionales piñones
Amparo Fos cocina con una receta que ha pasado por su familia de generación en generación, desde su abuela y siempre la cocina en cualquier celebración familiar. La última en aprenderla ha sido su nuera.
La receta de la ganadora, compuesta por tomate, pimiento verde, ajitos y atún, denominado en la zona para la titaina como “Besugo”, formará parte de la carta de Mi Cub esta temporada. Otras recetas cambiaban el atún por la tonyina de sorra.
Mi Cub introduce bajo el lema “Las 4 Estaciones de la Terreta” una receta típica y tradicional valenciana cada temporada, que se realice con productos de la zona, como lo han hecho nuestras madres toda la vida, pero recetas fáciles, hechas con ingredientes comunes que dan lugar a platos únicos donde está muy presente la identidad.
La temporada pasada triunfó “La Cena del Pobre” hecha en el sur de la Comunidad Valenciana justo antes del sorteo de Navidad para celebrar que será el último día que se reunirán las familias con sardinas y pan.
Poner en valor lo nuestro y recuperar tradiciones, es al final, el objetivo, y la titaina tenía que formar parte de la carta de Mi Cub sí o sí esta temporada porque tal y como han explicado a lo largo del torneo las participantes, lo cocinan todo el año, pero especialmente y sobre todo, en Semana Santa.
Anabel Navas, Paco Valls, Christian Jardel, Majo Sellens, Carlos Valero, Berta Baidez, Cova Morales, Mari Carmen González, Enrique Ballester, Oscar Carrión, Salvador Soria, Coqué Ruz, Marta Handrich y José Cuñat han sido los miembros del jurado que han probado las cuatro titainas. Cada uno ha emitido su voto de cuál ha sido su favorita.
Amparo Cosido la aprendió, sin embargo con la abuela de su marido, una señora estupenda del Cabañal con la aprendió muchísimo, no sólo la titaina, porque además falleció con 102 años
Carmen Lacomba cocina la titaina como su madre y todo el año porque toda su familia se lo pide y sobre todo, la hace para que sus hijas, sobrinos y cuñadas la lleven si tienen algún compromiso. Además, la cocina especialmente en Semana Santa que viene su consuegra de Barcelona y le encanta
Vicen Carrión aprendió la receta de sus abuelos, su abuelo, portuario, era un enamorado de la titaina. Ella normalmente la hace con besugo, pero en esta ocasión la ha hecho con tollina, para poder competir en el torneo y le ha añadido los tradicionales piñones
Amparo Fos cocina con una receta que ha pasado por su familia de generación en generación, desde su abuela y siempre la cocina en cualquier celebración familiar. La última en aprenderla ha sido su nuera.
7 de abril de 2019
Clos de Lôm, el renacer de una bodega con dos siglos de pasión por el terruño
La DO Valencia acoge una nueva bodega en el corazón de Terres dels Alforins. Con sus cuatro primeros vinos de la añada 2018 reivindican unos monovarietales de alta gama, fruto de unos viñedos privilegiados que han permanecido cuatro generaciones en la misma familia.
La sede de la Denominación de Origen Valencia acogió la presentación de una nueva bodega, Clos de Lôm, que se suma a la zona del Valle dels Alforins de la provincia valenciana.
Clos de Lôm está promovida por la familia Serratosa Caturla, que desde 1836 es la propietaria de una finca en la zona de Fontanars dels Alforins con casi 300 has de viñedo.
Desde hace más de 15 años habían una fructífera relación con el prestigioso enólogo Pablo Ossorio, que es el encargado de dirigir la elaboración de los vinos. Tras un proceso de selección de variedades y parcelas, hasta 55 de diferentes suelos, pendientes y orientación, la bodega ha dado el paso de sacar al mercado los primeros embotellados.
Cuatro grandes vinos de añada
Como explicó el propio Pablo Ossorio en la presentación, los propietarios y él coincidían en arriesgarse en tomar caminos poco trillados, sendas nuevas por las que nadie se ha atrevido antes o lo han hecho con timidez.
De ahí surge un blanco como Clos de Lôm Malvasía 2018. Esta variedad mediterránea suele ir en compañía de otras, generalmente aportando acidez y aromas a vinos a los que les sobra dulzor.
Sin embargo, en las altitudes de la finca de Clos de Lôm produce un vino totalmente diferente, fino, con acidez y dulzor equilibrado sin perder la potente nariz tras una cuidada maceración con lías en suspensión, que hizo a los bodegueros atreverse a darle todo el protagonismo.
“Esta malvasía es como las actrices que siempre hacen un papel de reparto y que, de repente, cuando le dan uno de protagonista, ganan el Óscar a la mejor actriz”, dice Pablo Ossorio para definir el blanco de la bodega.
Algo parecido le ocurre al vino rosado. El Clos de Lôm Monastrell Rosado 2018 es un monovarietal de monastrell de cepas viejas, otra apuesta por la tipicidad ya que tradicionalmente no se dedican los monastreles viejos para la elaboración de rosados.
En la bodega decidieron romper con la tradición y crear este rosado con el mosto flor, sin utilizar la prensa, para conseguir un vino de aspecto moderno, color rosa palo, pero con el alma y el cuerpo de una monastrell vieja, de vendimia siempre tardía y de baja producción, lo que aporta un espectro aromático muy poco común en un joven.
Los otros dos vinos presentados son los tintos de añada Clos de Lôm Tempranillo 2018 y Clos de Lôm Garnacha 2018, ambos monovarietales.
El tempranillo es fruto de las plantaciones más veteranas de la zona, ya que fueron ellos de los primeros en probar con las posibilidades de esta planta que hizo célebres los vinos de Rioja, Ribera o Toro. Aquí la altitud es similar a la castellana, pero la influencia del mar es mayor, reduciendo la incidencia de la gran amplitud térmica y favoreciendo así una concentración también mayor. Para Pablo Ossorio es el mejor tempranillo mediterráneo que ha elaborado.
El Clos de Lôm Garnacha 2018 es otra apuesta por las variedades mediterráneas. Es un tinto joven que destaca por sus aromas de pimienta recién molida, frutos del bosque, que entra suave y de una redondez poco habitual en un joven.
Los cuatro vinos son la carta de presentación de Clos de Lôm. Pero sus propietarios ya nos advierten que lo mejor está por venir… aunque sin prisas.
La sede de la Denominación de Origen Valencia acogió la presentación de una nueva bodega, Clos de Lôm, que se suma a la zona del Valle dels Alforins de la provincia valenciana.
Clos de Lôm está promovida por la familia Serratosa Caturla, que desde 1836 es la propietaria de una finca en la zona de Fontanars dels Alforins con casi 300 has de viñedo.
Desde hace más de 15 años habían una fructífera relación con el prestigioso enólogo Pablo Ossorio, que es el encargado de dirigir la elaboración de los vinos. Tras un proceso de selección de variedades y parcelas, hasta 55 de diferentes suelos, pendientes y orientación, la bodega ha dado el paso de sacar al mercado los primeros embotellados.
Cuatro grandes vinos de añada
Como explicó el propio Pablo Ossorio en la presentación, los propietarios y él coincidían en arriesgarse en tomar caminos poco trillados, sendas nuevas por las que nadie se ha atrevido antes o lo han hecho con timidez.
De ahí surge un blanco como Clos de Lôm Malvasía 2018. Esta variedad mediterránea suele ir en compañía de otras, generalmente aportando acidez y aromas a vinos a los que les sobra dulzor.
Sin embargo, en las altitudes de la finca de Clos de Lôm produce un vino totalmente diferente, fino, con acidez y dulzor equilibrado sin perder la potente nariz tras una cuidada maceración con lías en suspensión, que hizo a los bodegueros atreverse a darle todo el protagonismo.
“Esta malvasía es como las actrices que siempre hacen un papel de reparto y que, de repente, cuando le dan uno de protagonista, ganan el Óscar a la mejor actriz”, dice Pablo Ossorio para definir el blanco de la bodega.
Algo parecido le ocurre al vino rosado. El Clos de Lôm Monastrell Rosado 2018 es un monovarietal de monastrell de cepas viejas, otra apuesta por la tipicidad ya que tradicionalmente no se dedican los monastreles viejos para la elaboración de rosados.
En la bodega decidieron romper con la tradición y crear este rosado con el mosto flor, sin utilizar la prensa, para conseguir un vino de aspecto moderno, color rosa palo, pero con el alma y el cuerpo de una monastrell vieja, de vendimia siempre tardía y de baja producción, lo que aporta un espectro aromático muy poco común en un joven.
Los otros dos vinos presentados son los tintos de añada Clos de Lôm Tempranillo 2018 y Clos de Lôm Garnacha 2018, ambos monovarietales.
El tempranillo es fruto de las plantaciones más veteranas de la zona, ya que fueron ellos de los primeros en probar con las posibilidades de esta planta que hizo célebres los vinos de Rioja, Ribera o Toro. Aquí la altitud es similar a la castellana, pero la influencia del mar es mayor, reduciendo la incidencia de la gran amplitud térmica y favoreciendo así una concentración también mayor. Para Pablo Ossorio es el mejor tempranillo mediterráneo que ha elaborado.
El Clos de Lôm Garnacha 2018 es otra apuesta por las variedades mediterráneas. Es un tinto joven que destaca por sus aromas de pimienta recién molida, frutos del bosque, que entra suave y de una redondez poco habitual en un joven.
Los cuatro vinos son la carta de presentación de Clos de Lôm. Pero sus propietarios ya nos advierten que lo mejor está por venir… aunque sin prisas.
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